Como afecta la carencia de hierro en los perros
Las
anemias nutricionales tienen bastante predominio en el mundo animal doméstico
por la falta de rigor que los humanos muestran a la hora de alimentar a sus
animales, buscando una alimentación rápida, barata y sobre todo cómoda. Una
nutrición biológicamente correcta es un pilar no excusable para nuestras
mascotas.
Estas
anemias, como la malnutrición proteinoenergética (MPE), la carencia de vitamina
A y los trastornos por carencia de yodo (TCY), son comunes en el mundo canino.
La causa habitual de la anemia es la carencia de hierro, carencia de consumo
absoluto de hierro alimentario. Las deficiencias de folatos (o ácido fólico),
vitamina B12 y proteína pueden asimismo causar anemia. El ácido
ascórbico, la vitamina E, el cobre y la piridoxina también se necesitan para
producir glóbulos rojos. La carencia de vitamina A también se asocia con la
anemia.
Las
anemias se pueden clasificar de varias maneras, algunas basadas en la causa de
la enfermedad (como las producidas por la leishmaniosis) y otras en las características
de los glóbulos rojos.
Algunas
anemias no tienen un foco nutricional y se deben, por ejemplo, a anomalías
congénitas o factores hereditarios; tales anemias, que incluyen anemia de
células falciformes, anemias aplásticas, talasemias y hemorragia grave, entre
otras.
En
la anemia la sangre tiene menos hemoglobina de lo normal. La hemoglobina, el
pigmento que en los glóbulos le da color
rojo a la sangre, se forma de proteína ligada con hierro. La hemoglobina
transporta el oxígeno en la sangre a todas las partes del organismo. En la
anemia existe, ya sea una baja cantidad de hemoglobina en cada glóbulo rojo
(anemia hipocrómica) o una reducción en el número total de eritrocitos en el
organismo. La vida de cada glóbulo rojo dura alrededor de cuatro meses. La
médula ósea roja de modo constante y continuo produce eritrocitos nuevos para
reponer los que mueren. Este proceso requiere cantidades adecuadas de
nutrientes, sobre todo hierro, otros minerales, proteínas y vitaminas, que se
obtienen de los alimentos que consumimos, resaltando la importancia de la carnede caballo, la más importarte de todas las carnes por su alto valor en hierro,
hemoglobina y muchos otros nutrientes.
La
carencia de hierro es el problema nutricional más prevalente de los perros. En
la mayoría de los países donde la alimentación es a base de piensos comerciales
amenaza a más de 60 por ciento de las hembras y cachorros, y más de la mitad de
éstos sufren anemia comprobada.
Aunque
en general las enfermedades por carencia se consideran como efecto de una falta
de nutrientes en la dieta, la anemia por carencia de hierro no es rara en perros
cuyas dietas contienen cantidades de hierro cercanas a las cifras recomendadas.
Conviene recordar que algunas formas de hierro se absorben mejor que otras y
que ciertos elementos en la alimentación refuerzan o restringen su absorción.
Además, el hierro se puede desaprovechar por diversas razones, a saber,
infestaciones parasitarias (uncinariasis).
Las anemias nutricionales, hasta hace poco,
habían sido relativamente descuidadas y con frecuencia permanecían sin
diagnóstico. Cierta culpa tiene los propietarios que en ningún caso efectúan
los contrales veterinarios adecuados. Hay muchos motivos para la falta de
atención, pero el más importante reside en que los síntomas y signos son mucho
menos obvios que en la MPE grave, los TCY o la xeroftalmía, y que aunque las
anemias contribuyen a las tasas de mortalidad, sus cifras no son dramáticas, y
la muerte, por lo general, se atribuye a otra causa más visible como el parto o
cualquier otra patología no diagnosticada. Sin embargo, la investigación ahora
indica que la carencia de hierro tiene efectos importantes, pues provoca una
capacidad menor de aprendizaje, anormalidades en la conducta de los cachorros,
menor fortaleza para el trabajo intenso(aplicable a disciplinas como el mushing
, carreras de galgos..), así como apetito y crecimiento deficientes, sobre todo
en razas grandes.
El
hierro tiene que estar presente de una forma que permita que una cantidad
suficiente sea absorbida en el intestino. La absorción de hierro puede ser
aumentada o inhibida por otras sustancias alimentarias.
Los
perros tienen capacidad de almacenar y conservar el hierro, que se debe
transportar adecuadamente dentro del organismo. El varón adulto tiene un
promedio de 4 a 5 g de hierro en su cuerpo, casi todos en hemoglobina, un poco
en mioglobina y en enzimas, y alrededor de un gramo en hierro almacenado,
principalmente como ferritina en las células, en especial del hígado y de la
médula ósea. Las pérdidas de hierro del organismo no deben agotar el suministro
hasta una cantidad inferior a la indispensable para elaborar nuevos glóbulos
rojos.
Para
producir nuevos eritrocitos (glóbulos rojos) el cuerpo necesita proteína fresca
en cantidad y calidad adecuadas, minerales y vitaminas, que deben ser aportados
por la dieta. La proteína se requiere para la estructura de los glóbulos rojos
y la producción de la hemoglobina que ellos contienen. El hierro es esencial
para la producción de hemoglobina, y si una cantidad suficiente no se encuentra
disponible, los eritrocitos producidos tendrán menor tamaño y cada uno
contendrá menor cantidad de hemoglobina que la normal. El cobre y el cobalto
son otros minerales necesarios en pequeñas cantidades. Los folatos y la
vitamina B12 son también indispensables para la producción normal de
glóbulos rojos. Si existe carencia de alguno de estos componentes, se producen
eritrocitos anormalmente grandes sin una cantidad correcta de hemoglobina. El
ácido ascórbico (vitamina C) también juega un papel en la formación de la
sangre. Se ha demostrado que el suministro de vitamina A durante la preñez
mejora los niveles de hemoglobina.
Entre
las causas de anemia nutricional por fallas alimentarias, la carencia de hierro
es sin duda la más importante. Buenas fuentes dietéticas de hierro incluyen
productos de origen animal como la carne de caballo y los preparados a partir
de la sangre (harinas de sangre, que en breve incorporará Biodog incorporará
entre sus productos), que contienen hierro hemínico, y fuentes vegetales como
algunas semillas comestibles, verduras de hojas de color verde oscuro y mijo,
que contienen hierro no hemínico. Sin embargo, la cantidad total de hierro en
la dieta no es el único factor que influencia la probabilidad de desarrollar
anemia. El tipo de hierro en la dieta, las necesidades de hierro en el perro,
las pérdidas de hierro y otros factores con frecuencia son determinantes.
La
absorción de hierro depende de muchos factores. En general, los canes absorben,
aproximadamente, tan sólo un 10 por ciento del hierro en los alimentos que
consumen. Asi, si se alimenta a un perro con productos comerciales de muy bajo
poder nutricional se incrementa el problema. El macho adulto pierde apenas de
0,5 a 1 mg de hierro por día; su necesidad diaria de hierro, por lo tanto, es
alrededor de 10 mg. Cómo promedio mensual, la hembra adulta o parturienta
pierde casi el doble de hierro que el macho. Asimismo, el hierro se pierde
durante el parto y la lactancia. La perra preñada y los cachorros en
crecimiento requieren hierro dietético adicional.
La
disponibilidad de hierro en los alimentos varía muchísimo. En general, el
hierro hemínico de los alimentos de origen animal (carne y pescado) se absorbe
bien, pero el hierro no-hemínico en los productos vegetales, como trigo, maíz y
arroz, se absorbe deficientemente. Es una de las causas por las que no es
recomendable suministrar piensos o comidas comerciales donde las bases sean los
componentes vegetales que hemos mencionado. También es sabido y está demostrado
que los fitatos y los fosfatos, presentes en los granos de cereal y vegetales,
inhiben la absorción de hierro y la mayoría de comidas comerciales incluyen
estos productos en su base. El consumo de alimentos ricos en vitamina C como
frutas frescas y hortalizas en una comida puede, por lo tanto, facilitar la
absorción de hierro. La yema de huevo crudo también disminuye la absorción de
hierro, aunque los huevos sean una de las principales fuentes de hierro en la
alimentación.
Un
cachorro al nacer tiene un nivel alto de hemoglobina (por lo menos 18 g por 100
ml) pero durante las primeras semanas de vida muchos eritrocitos se hemolizan.
El hierro que se libera no se pierde sino que se almacena en el cuerpo, sobre
todo en el hígado y el bazo. Como la leche es una fuente pobre de hierro, esta
reserva almacenada se utiliza durante los primeros meses de vida para ayudar a
aumentar el volumen de sangre, que se necesita a medida que el cachorro crece.
Además, la carencia de hierro en la madre puede afectar la provisión vital de
hierro del cachorro y hacer que éste sea más vulnerable a la anemia. El
almacenamiento de hierro de un cachorro más la pequeña cantidad de hierro que
suministra la leche materna es quizá suficiente para seis meses, pero entonces
se requiere que la dieta contenga otros alimentos ricos en hierro, como la
carene de caballo o el pescado. Es deseable que la lactancia continúe más allá
de los seis meses, pero también es necesario que se adicionen al mismo tiempo
otros alimentos que contengan hierro.
Muchos
de nosotros nos dejamos llevar por los piensos compuestos comerciales y nos
creemos todo lo que nos dicen sobre el correcto balanceo de los nutrientes y
elementos, pero es un ERROR. Casi todos nuestro perros que son alimentados con
productos comerciales, gran parte del hierro consumido es hierro no hemínico
proveniente de los alimentos básicos (arroz, frijol, maíz, raíces o tubérculos)
que las empresas utilizan para abaratar constes. Y todavía hay consumidores que
creen que dan una alimentación balanceada.
Por
último quisiera apuntar que siempre que el organismo pierde sangre, también
pierde hierro. Por lo tanto, se pierde hierro con la menstruación, en el parto,
y además cuando existen estados patológicos como úlcera péptica sangrante,
heridas y una variedad de entidades clínicas que implican pérdida de sangre ya
sea por sistema intestinal o urinario, la piel o diversas superficies en las
mucosas.
La
hemoglobina en los eritrocitos es necesaria para movilizar el oxígeno. Muchos
de los síntomas y signos de la anemia resultan de una reducción en la capacidad
de la sangre para el transporte de oxígeno. Los síntomas y signos son:
- cansancio,
fatiga y laxitud;
- sofocación
inclusive después de ejercicio moderado;
- palpitaciones
- palidez
de las membranas mucosas y debajo de las uñas;
- edema (en
casos crónicos graves).
- Escaso
rendimiento en perros de trabajo
Biodog
aconseja y recomienda una alimentación biológicamente correcta a base de carnede caballo, pescado deshidratado, pollo deshidratado, aceite de pescado y
frutas maduras. La proteína fresca es fundamental para la alimentación de
nuestras mascotas.
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