Las células madre adultas que el organismo almacena en los sitios más
insospechados, como la grasa que a casi todo el mundo le sobra, se han
convertido en un preciado tesoro para los investigadores que tratan de
revolucionar la medicina usándolas como un medicamento. La terapia
celular en veterinaria para la curación de las más variopintas
enfermedades de las mascotas, y la mayoría sin solución con los
tratamientos convencionales, es ya una realidad. El objetivo ahora es
conseguir el apoyo necesario para que su aplicación en los seres humanos
lo sea pronto.
Tan importante avance científico tiene sus raíces en Málaga.
Antonio Villatoro, doctor en Veterinaria y experto en células madre, y
Fernando Fariñas, médico y biólogo con una avalada trayectoria en
inmunología y enfermedades infecciosas, han fusionado conocimientos y
creado el Instituto de Inmunología Clínica y Terapia Celular, un
proyecto pionero con el que pretenden marcar un antes y un después en el
tratamiento veterinario y conseguir extrapolarlo a la medicina humana.
Ya disponen de más de 400 casos de animales tratados con células
madre mediante la llamada terapia celular y los resultados son
sorprendentes. La mayoría son de animales con enfermedades que no tenían
solución con la medicina convencional.
Su aplicación está constatada para multitud de patologías y han
desarrollado 20 protocolos propios para el tratamiento de enfermedades
neurológicas, oncológicas, oftalmológicas (ojo seco, úlceras),
articulares (artrosis, displasias y patologías ligamento cruzado) y
dermatológicas (dermatitis atópica), entre otras.
Este
milagro se consigue por el uso de células madre que
de forma fisiológica están en el organismo. "Son las adultas y tienen
una infalible capacidad regeneradora gracias a que no producen cáncer y a
que son inmunoprivilegiadas, lo que les permite ser usadas en
individuos diferentes al donante", explicó Villatoro.
A diferencia de lo que cabría pensar, la grasa es alguno de los
tejidos con más células madre adultas que tiene el cuerpo, hasta un 4%, y
son las que más se utilizan por "ser fáciles de obtener, cultivar y
porque a todo el mundo le sobra", dijo. De cada millón de células
presentes en las grasas, hay 40.000 células madre adultas. Pero
procesadas y cultivadas en el laboratorio se pueden llegar a conseguir
entre 10 y 15 millones.
La médula ósea, por ejemplo, apenas almacena un 0,01% de estas
células madre, además de las mayores complicaciones que implica su
obtención en pequeñas mascotas.
Las propiedades de estas células madre adultas es que son
antiinflamatorias, inmunomoduladoras y regeneradoras. Son, aseguró el
experto, "como un medicamento inteligente que actúa liberando multitud
de sustancias para que el organismo arranque su regeneración de las
zonas dañadas".
Se calcula que tienen la capacidad de liberar más de 200
productos regeneradores, pero según la enfermedad a tratar ellas mismas
producen aquella concreta que necesita para regenerar la parte afectada y
atraer a las células madre del resto del organismo para ayudar en esta
tarea.
Los veterinarios han sido pioneros desde 2002 en la aplicación
de la terapia celular en grandes animales como los caballos. La novedad
ahora es que se puede aplicar también en gatos y perros, las mascotas
más habituales. Una de sus ventajas, además de las curativas ya
constatadas científicamente, es la facilidad de su aplicación. "Es una
simple inyección y se hace con una mera sedación del animal", según
Villatoro.
Para ello, cuentan con un banco propio de células madre de
tejido adiposo y médula ósea de perros, gatos y caballos de donantes
previamente analizadas y seleccionadas en el laboratorio. Posteriormente
se congelan y se mantienen en nitrógeno líquido y cuando hace falta se
descongelan y se pueden volver a reproducir mediante el mismo proceso
multitud veces, ya que el doctor en Veterinaria indicó que estas células
congeladas no pierden sus características y "se pueden mantener casi
infinitamente".
Es un tratamiento biológico a la carta, y aunque poco a poco,
colaboran ya con hospitales y especialistas veterinarios, incluso fuera
de España, que les envían los casos sin solución para evaluar si es
posible la aplicación de células madre. Y en función del diagnóstico se
diseña el tratamiento de medicina regenerativa sobre cómo, cuándo y qué
células aplicar.
Su precio, aunque varía, es relativamente asequible con idea de
hacerlo extensivo. "En unos años la medicina regenerativa será
generalizada. Ahora es una realidad, lo que pasa es que la gente no la
conoce", lamentó.
También esperan que lo sea la inmuno-oncología, definida dentro
del tratamiento contra el cáncer mediante la manipulación inmunológica
del paciente, y que ha marcado un antes y un después en la medicina
humana donde se está empezando a aplicar en determinadas clínicas
especialmente privadas. Y ahora, dijo Fariñas, "lo que queremos es
extenderlo a la veterinaria donde aún está en fase embrionaria". Se
trata de una terapia concreta y muy dirigida gracias a las propias
células inmunes del paciente que, una vez cultivadas y reforzadas, son
implantadas de nuevo modificándolas y acoplándolas a fármacos para que
"sea el sistema inmunológico el que ataque a las células tumorales
respetando a las otras".
El problema, se quejó, es el poco apoyo que se han encontrado
hasta ahora. Considera que si estos tratamientos vinieran de fuera se
valorarían más y todo el mundo los demandaría como estrategia
terapéutica, pero "en tu propia tierra no te reconocen".
Al menos, sí han encontrado un gran apoyo en el Colegio Oficial
de Veterinarios de Málaga, que avala al cien por cien el trabajo y la
investigación realizada en el seno de este instituto hasta el punto de
que su presidente, Antonio Villalba, aseguró que se colgará en la web
del colectivo la información sobre lo que hace para que "los colegiados
lo conozcan y puedan recomendarlo a sus clientes cuando se topen con un
caso sin solución aparente".
El Instituto de Inmunología Clínica y Terapia Celular es pionero
en todos estos tratamientos avanzados y el objetivo de estos
investigadores es usar la veterinaria como modelo para dar el salto a
los humanos, aunque son conscientes de que "las nuevas ideas tardan
mucho tiempo en implantarse". No les falta ganas ni paciencia hasta
conseguirlo.
Fuente: malagahoy.es
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