Las inspecciones llevadas a cabo entre fuertes medidas de vigilancia -tras los sonados disturbios de la pasada edición- se debieron a que el pasado día 15 de junio entró en vigor una ley que prohíbe la venta de carne de perro en restaurantes, mercados y otros comercios de China.
Defensa de la fiesta
El departamento de Promoción de Yulin afirmó la semana pasada que
el festival “no es un festival oficial” y que el Gobierno municipal “no
ha sacado ninguna política para prohibir la venta de carne de perro”.
“Es alentador ver cómo las autoridades de Yulin están aplicando su compromiso de prohibición (...) demuestra que, aunque la medida no es perfecta, está teniendo un verdadero impacto”, destacó a Efe Peter Li, analista político de HSI en China.
Por supuesto que todos queremos ver un fin total e inmediato de la
venta de carne de perro en Yulin (...) pero siempre hemos sabido que su
fin no va a ser tan simple como apagar una luz”
Según la organización, varios activistas chinos que hicieron guardia el pasado día 15 en el popular mercado de Dongkou, señalaron que los volúmenes de carne a la venta eran “mucho menores” que en años previos, cuando se calculaba que alrededor de 3.000 canes eran sacrificados.
La pasada edición, la a HSI cifró en 2.000 y 4.000 los perros que son sacrificados en estos dos días. Tradicionalmente son apaleados con barras de metal hasta la muerte, aunque también hay otros que los matan de forma previa.
Los activistas no sólo denuncian la práctica de comer carne del “mejor amigo del hombre”, sino también el maltrato al que son sometidos en esta celebración y el hecho de que el festival ayude a promover un mercado ilegal que opera por todo el país.
Por su parte, el departamento de Promoción de Yulin afirmó la semana pasada en declaraciones al diario Beijing News que el festival “no es un festival oficial” y que el Gobierno municipal “no ha sacado ninguna política para prohibir la venta de carne de perro”.
“Por supuesto que todos queremos ver un fin total e inmediato de la venta de carne de perro en Yulin (...) pero siempre hemos sabido que su fin no va a ser tan simple como apagar una luz”, aseveró Li.
Según datos de HSI, entre 10 y 20 millones de perros son sacrificados en China todos los años para consumo alimentario, una práctica que no es ilegal por el momento en el país pero que grupos defensores de los animales llevan años intentando erradica.
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