El
ojo es un órgano muy sensible no solo a todos los factores externos y de
contaminación. También la salud de nuestra mascota y padecer en algún momento
de un sistema inmunitario debilitado pueden determinar su aparición.El
síndrome del ojo seco aparece cuando el perro deja de producir suficiente
secreción lagrimal para humidificar el ojo.
Es
algo que puede suceder en cualquier momento pero que, además, también puede
surgir asociado a determinadas enfermedades como la diabetes o incluso por estar
expuesto a los humos de una chimenea.
Causas
y síntomas
Uno
de los principales orígenes del síndrome del ojo seco son los cambios
hormonales. El descenso o las variaciones que el perro experimenta a medida que
se hace mayor y envejece, hacen que, por ejemplo, este problema sea uno de los
más comunes entre los perro pudiendo derivar en otras patologías muy
importantes como ulceras.Ahora
bien, también los perros jóvenes pueden sufrir esta enfermedad, y estas serían
las causas:
El
lupus o la artritis reumatoide son dos enfermedades que alteran el sistema
inmunitario y que traen, entre otras consecuencias, esa bajada en la secreción
lagrimal.
Cuando sufrimos alergias también es común padecer el síndrome de ojo seco.
Los medicamentos para tratar enfermedades como “la tos de la perreras” son otro
aspecto determinante.
Pasar muchas horas al sol ocasiona resequedad en los ojos.
Mucho cuidado si estamos en un ambiente donde existe humo como una chimenea.
El viento y el aire acondicionado también ocasionan el síndrome del ojo seco,
sobre todo cuando se saca al perro de paseo a la montaña.
Remedio
para tratar el síndrome del ojo seco
Además
de dichos remedios naturales tópicos, es muy necesario que complementemos la dieta
de nuestro perro con alimentos adecuados.
Tal
y como te hemos señalado al inicio, el síndrome del ojo seco también tiene su
origen en un sistema inmunitario debilitado, o en problemas asociados a la
artritis.
Consumir
alimentos ricos en aceites esenciales #Omega3 es, sin duda, algo tan necesario
como medicinal para resolver esta dolencia. Te explicamos por qué:
El
aceite de pescado
contienen ácidos grasos que ayudan a tratar la disfunción en las “Glándulas de
Meibonio” y la rápida evaporación lagrimal.
Además, estos ácidos grasos ayudan a reducir el riesgo de degeneración macular
y cataratas.
El valor nutritivo del aceite de
pescado se caracteriza por un alto contenido en omega-3 (ácido
alfa-linolénico), y otros ácidos grasos el EPA y el DHA, encargados de
fortalecer las membranas celulares.
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