El aumento notable de las enfermedades relacionadas con la alimentación incorrecta a base de piensos comerciales (obesidad, hipercolesterolemia, displasias etc.) ha hecho que cada vez más personas se interesen por suministrar una alimentación biológicamente correcta a sus perros, intentando llevar una dieta más sana y equilibrada acorde con un estilo de vida saludable. De ahí el interés por conocer las calorías que se consumen y el tipo de grasas que contienen los alimentos.
Cuando compramos un pienso co ercial nos volvemos locos en descifrar el contenido de las etiquetas y en muchos casos desconocemos enunciados donde se leen conceptos
como “grasas saturadas”, “grasas vegetales”, “grasas parcialmente
hidrogenadas” o “grasas trans”. ¿Qué significan estos términos? ¿Hay
grasas más sanas que otras? ¿Qué se debe saber para elegir mejor lo que
se toma?
Grasas, no todo es perjudicial
Biodog siempre ha animado al consumo de diferentes tipos de grasa para una correcta nutrición de nuestro perro. Las grasas o lípidos de la dieta son una
de las grandes fuentes energéticas para el ser perro y sobre todo desde una edad temprana. Últimamente han
adquirido mala fama, puesto que son una de las fuentes calóricas más
importantes y se las asocia con un excesivo consumo energético nocivo
para la salud. Sin embargo, algunos tipos de grasas son imprescindibles
para un óptimo estado de salud de nuestro perro debido a que poseen ácidos grasos esenciales (no
sintetizados por el perro e imprescindibles para un correcto
funcionamiento del organismo), son vehículo de vitaminas liposolubles
(vitaminas A, D, E y K) y precursores de moléculas con importantes
funciones biológicas.
Diversos tipos de grasas
La mayor parte de las grasas que se
consumen se encuentran en los alimentos como ácidos grasos, unas
estructuras químicas que se agrupan en forma de triglicéridos (es decir,
tres ácidos grasos). Los distintos tipos de grasas se diferencian entre
ellos según el tipo de ácidos grasos que constituyen estos compuestos
(según su longitud o número de átomos de carbono y el número de dobles
enlaces que presentan).
Grasas saturadas. Son
aquellas compuestas por ácidos grasos saturados (esto es, ácidos grasos
que no presentan ningún doble enlace). Las grasas ricas en ácidos grasos
saturados son sólidas a temperatura ambiente, como la mantequilla.
Grasas insaturadas. Son las que poseen un doble enlace (monoinsaturadas) o dos o más dobles enlaces (poliinsaturadas). Los alimentos ricos en grasas insaturadas son líquidos a temperatura ambiente. Un ejemplo es el aceite de pescado.
Grasas trans. El concepto cis/trans indica la configuración espacial (forma que adquieren en el espacio los ácidos grasos). La mayoría de ácidos grasos presentes en los alimentos adquieren una configuración espacial cis. Pocas grasas naturales alcanzan una configuración trans; tan solo las grasas que han sufrido fermentación en el estómago de los rumiantes y que se encuentran en su carne o leche. También mediante el proceso industrial de hidrogenación parcial (utilizado para obtener grasas más sólidas a partir de aceites vegetales u otras grasas animales) o de desodorización (proceso usado para la refinación de aceites o grasas) pueden obtenerse este tipo de grasas. Durante el calentamiento y la fritura a altas temperaturas también pueden producirse grasas trans.
¿Y el omega 3? La denominación omega indica la posición de los dobles enlaces. Así, por ejemplo, un ácido graso omega 3 es un ácido graso que posee el primer doble enlace en el carbono número 3.
Grasas insaturadas. Son las que poseen un doble enlace (monoinsaturadas) o dos o más dobles enlaces (poliinsaturadas). Los alimentos ricos en grasas insaturadas son líquidos a temperatura ambiente. Un ejemplo es el aceite de pescado.
Grasas trans. El concepto cis/trans indica la configuración espacial (forma que adquieren en el espacio los ácidos grasos). La mayoría de ácidos grasos presentes en los alimentos adquieren una configuración espacial cis. Pocas grasas naturales alcanzan una configuración trans; tan solo las grasas que han sufrido fermentación en el estómago de los rumiantes y que se encuentran en su carne o leche. También mediante el proceso industrial de hidrogenación parcial (utilizado para obtener grasas más sólidas a partir de aceites vegetales u otras grasas animales) o de desodorización (proceso usado para la refinación de aceites o grasas) pueden obtenerse este tipo de grasas. Durante el calentamiento y la fritura a altas temperaturas también pueden producirse grasas trans.
¿Y el omega 3? La denominación omega indica la posición de los dobles enlaces. Así, por ejemplo, un ácido graso omega 3 es un ácido graso que posee el primer doble enlace en el carbono número 3.
Fuente de grasas
La mayoría de los alimentos poseen
mezclas de grasas saturadas e insaturadas, aunque predominan en ellos
algún tipo de grasas. Los aceites vegetales (aceites obtenidos de
vegetales) y grasas de animales son las fuentes lipídicas más abundantes
de la dieta biológicamente correcta de un perro.
En general, los aceites vegetales son
alimentos ricos en grasas mono y poliinsaturadas. Tal es el ejemplo del
aceite de oliva (rico en grasa monosinsaturada), aceite de girasol y
maíz (ricos en grasa poliinsaturada). Excepciones son los aceite de
coco, palma y palmiste, además de la manteca de cacao; ricos en grasa
saturada. Las grasas de origen animal tienen un mayor contenido en grasa
saturada que las vegetales; ejemplos son la mantequilla, grasa de
cerdo, cordero o vacuno. Los frutos secos (almendras, nueces, avellanas,
piñones) contienen una elevada proporción de grasa mono y
poliinsaturada.
Incedencia de los tipos de grasas
- En general, se asocia la ingesta de ácidos grasos saturados con un peor perfil lipídico (colesterol total y colesterol LDL) y, por tanto, a mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Así pues, los expertos recomiendan hoy en día moderar el consumo de grasa saturada a un máximo del 15% del aporte calórico total, evitando los alimentos que son fuente de este tipo de grasas.
- Diversos estudios demuestran que las dietas ricas en grasa monoinsaturada poseen efectos beneficiosos sobre el perfil lipídico y varios factores de riesgo cardiovascular, de manera que aconsejan consumir grasa monoinsaturada como principal fuente de grasa de la dieta. Al parecer, la grasa monoinsaturada también podría ser beneficiosa para prevenir la diabetes canina.
- La ingesta de grasa poliinsaturada omega 6 ha demostrado ser beneficiosa para el riesgo cardiovascular y el riesgo de diabetes. Respecto a la grasa poliinsaturada omega 3, los estudios han hallado una reducción de eventos cardiovasculares asociada al consumo de pescado y aceites de pescado ricos en EPA y DHA (omega 3), de modo que los expertos recomiendan incluir el pescado azul, rico en omega 3, en la dieta o sustituirlo por aceite de pescado.
- El consumo de ácidos grasos trans se relaciona, sobre todo, con enfermedades cardiovasculares, de forma que la ingesta de este tipo de grasa debería ser lo más baja posible y no superar el 1% del aporte calórico total. Cabe destacar que, en los últimos años, la industria alimentaria ha trabajado mucho para reducir la cantidad de grasa trans en todos sus procesos industriales.
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