En particular, los ratones que recibieron trasplantes de microbios intestinales asociados con una dieta de aceite de pescado estaban protegidos contra el aumento de peso inducido por la dieta y la inflamación en comparación con los roedores a los que se les trasplantaron microbios intestinales asociados con una dieta de grasa de cerdo. Esto demuestra que los microbios intestinales son un factor agravante de la inflamación independiente asociado a la obesidad inducida por la dieta y da esperanza de que un probiótico podría ayudar a contrarrestar una dieta "grasa".
"Queríamos determinar si los microbios intestinales contribuyen directamente a las diferencias metabólicas asociadas con las dietas ricas en grasas saludables y no saludables", explica el autor del estudio Robert Caesar, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia. Aunque el estudio fue realizado en ratones, el "objetivo es identificar intervenciones para optimizar la salud metabólica en los seres humanos y en otras especies de animales".
Caesar, que trabaja en el laboratorio del autor principal del estudio, Fredrik Bäckhed, comenzó alimentando a ratones con grasa de cerdo o aceite de pescado durante 11 semanas y siguió los signos de la salud metabólica. Mientras que el consumo de manteca de cerdo promovió el crecimiento de las bacterias llamadas 'Bilophila', que han sido vinculadas con el desarrollo de la inflamación, la dieta de aceite de pescado aumentó la abundancia de bacterias llamadas 'Akkermansia muciniphila', conocidas por reducir el aumento de peso y mejorar el metabolismo de la glucosa en ratones.
"Nos sorprendió que la manteca de cerdo y la dieta de aceite de pescado, a pesar de tener el mismo contenido de energía y la misma cantidad de fibra dietética -que es la fuente primaria de energía para las bacterias intestinales- provocaron fundamentalmente diferentes comunidades de microbiota intestinal y que el microbioma per se tuvo efectos muy grandes en la salud", dice Caesar.
En la siguiente serie de experimentos, Caesar realizó "trasplantes fecales" para probar si los microbios de la dieta de aceite de pescado podrían mejorar la salud de los roedores alimentados solo con grasa de cerdo y viceversa. Los resultados proporcionan evidencia adicional de que las comunidades microbianas del intestino pueden determinar y recuperar los problemas de salud causados por la mala alimentación.
"Nuestro papel es compatible con los informes anteriores que indican que las bacterias 'Akkermansia muciniphila' son promotoras de un fenotipo saludable", apunta Bäckhed. "Sin embargo, se necesitan más investigaciones para determinar si esta bacteria se puede utilizar como cepa probiótica y, en ese caso, cómo se debe combinar con una dieta para optimizar los resultados de salud", concluye.
Fuente: 'Cell Metabolism'
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